viernes, 13 de mayo de 2011

Cross de la Unión Atlética Coslada (21.01.2010)

El día amaneció de perros. Con tanto frío y lluvia apetecía más pelearse con la almohada que salir de corto a empaparse, pero los kamparredores somos así, como dice Juanlu, tenemos un par de huevos, (no incluyo en esto a Eva porque si fuese así, el bajón no me lo curaba ni el psiquiatra de Woody Allen).

A pesar de la lluvia y el frío, el número de veteranos que tomamos la salida a las 10:30 h (hora zulú +1), fue mayor del que me esperaba. Allí había representantes de varios clubs, pero no conté más de seis en el grupo más nutrido.

La carrera resultó bastante dura, porque al ser un Cross, el terreno embarrado era obligatorio, para gozo y deleite de todos aquellos que nunca tuvieron katiuskas y por ende no disfrutaron de los charcos en su más tierna infancia. En las rampas de bajada estuve a punto de escenificar la peli Ghost pero amasando con todo el cuerpo y sin derecho a roce con la Demi Moore, que no la vi por allí, no. Fruto del barrizal, también se me atascó la zapatilla y como llevaba, torpe de mi, los cordones flojos, me la dejé atrás. Gran putada, porque me seguía una tropa de peña, a la que tuve que ir esquivando en dirección contraria para recuperarla. Alguno estuvo a punto de decirme que la carrera iba al revés pero le llegó el oxígeno al cerebro antes de hacerlo. Perdí mucho tiempo, ritmo de carrera y la compostura, pero no así la audacia ni el pundonor, que lo llevo de serie y más por ser kamparredor. Tras el percance, tiré millas y recuperé el terreno perdido en la parte firme de la bajada y alcancé a uno de los que me había pasado cuando perdí la zapatilla. El muy zumbao iba hablando por el móvil con una clienta a la que no podía colocar la caldera esa mañana. Eso sí que es adicción al móvil, vicio de correr y pocas ganas de currar en domingo.

El recorrido era en un parque pelao y con el viento frío que hacía, llevaba yo los huevecillos como dos cacahuetes. Además llevaba las mallas empapadas, con lo cual ni siquiera eran frutos secos. Tuve que recurrir a mis más pecaminosas fantasías para desentumecerlos y que recuperasen su (enorme) tamaño normal.

Terminando la carrera, en plena rampa de subida me pasó un tipo que me venía soplando en la nuca desde el kilómetro 4 (de 8,5). El tío había ido todo el camino a mi rueda hasta que decidió pasarme en los últimos cien metros...NI DE COÑA. Se me desbloqueó el muelle del culo y salté a por él. Me pasa lo mismo con la vena del cuello, que se me hincha cuando me tocan los cullons de esa manera, pero en plena agonía de subida no me llegaba la tensión arterial para tanto. Total nada, que le pasé yo otra vez, no te jode.

Resultado final: Camiseta "super-mega-high-top-extra-laostia-performance" 100% algodón y discreto tono naranja-abutanao de regalo (la inscripción era gratis)y tres cuartos de kilo de arcilla de Coslada en las mallas.

Con gestas así por fin saldré de la nada para alcanzar la más altas cotas de la miseria.

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